Cuando se anunció la creación del ‘experimento’ futbolístico que se llevaría a cabo en la Argentina durante 2015, las dudas florecieron automáticamente. Aumentar a treinta la presencia de los equipos participantes, era una apuesta arriesgada. ¿Por qué jugaría la mayoría en la recta final? ¿No habría mucha disparidad entre los equipos? Todas preguntas que se fueron respondiendo con el transcurso del campeonato.
LOS PROTAGONISTAS
La primera gran duda que presentó el nuevo campeonato, era la lucha por el campeón. Los torneos cortos facilitaban que cualquier equipo, con una racha positiva de 5 o 6 partidos, se ilusionara con pelear el torneo hasta su culminación. Ante una extensión mayor, parecía casi obvio que quienes llegarían hasta el final con chances de gritar campeón, serían los equipos más mediáticos por una cantidad de recambio más grande.
Los augurios, fueron ciertos. Con la excepción de Rosario Central, ninguno de los equipos que no son habitués de las primeras planas, pudo luchar el campeonato hasta el final. El campeón Boca, con el plantel más largo del campeonato, fue marcando el ritmo de la competencia casi de principio a fin. También se metió en la discusión San Lorenzo de Almagro, que justamente terminó pagando la falta de recambio en las últimas fechas.
River, Racing e Independiente tuvieron matices. La Academia terminó cerrando un gran torneo, con clasificación a la Liguilla de Libertadores, y la tranquilidad de decir ‘siempre estuvimos ahí’ por más de que nunca se haya consolidado como candidato. Los de Gallardo bajaron el ritmo tras conseguir la Copa Libertadores, y no pudieron seguir en una disputa que los tenía como protagonistas principales: post campeonato de América, River era puntero virtual, a seis puntos de la cima con dos partidos pendientes. El Rojo, por su parte, pagó muy caro el irregular inicio de campaña, ya que su excelente segundo semestre lo colocó entre los equipos que terminará jugando la Liguilla de acceso a la Libertadores.
Rosario Central se pudo entrometer con grandes argumentos en la discusión, entre otras cosas, por la cantidad de recambio que expresa su plantilla. Delanteros como Ruben, Larrondo, César Delgado o Niell; variantes en el mediocampo como Colman, Cervi o Lo Celso, también Montoya, Domínguez y varios nombres más con calidad como para luchar por un puesto entre los 11. Un esfuerzo económico que tuvo rédito deportivo.
En síntesis, la lucha por el campeonato, pareció exclusiva para lo que más tienen. Buenos proyectos institucionales como Belgrano de Córdoba, Tigre, Estudiantes o Gimnasia de La Plata, realizaron campañas más que interesantes a lo largo del campeonato, pero nunca pudieron llegar a estar en la conversación seria por el título, algo que sí habría sucedido en un torneo corto si uno observa las diferentes rachas positivas que obtuvieron los equipos a lo largo del camino del Torneo de 30.
TODOS PELEAN POR TODO. ¿DE VERDAD?
Los popes de la AFA sacan pecho en las últimas horas porque aseguran que, uno de los temores más presentes en la previa del campeonato, no se cumplió. Parecía un hecho que, en el medio de los que pelearían por la obtención del título y los que lo harían por mantener la categoría, quedaría una decena de conjuntos que no jugaría más que por el honor en las últimas jornadas del torneo.
En cierto modo, el temor previo sucedió en el tramo final de la temporada. Sin embargo, el incentivo de mejorar la posición en la tabla para obtener la condición de local en la Liguilla de clasificación a la Sudamericana, pudo haber sido motivo suficiente para estimular la competencia de cara al trayecto final para aquellos elencos que no corrían el riesgo de perder la categoría, y tampoco podían llegar a la disputa por clasificar a la Copa Libertadores.
También vale aclarar que la posibilidad de que hasta el 20º termine ingresando en la Liguilla de la Copa Sudamericana, permitió que equipos con muy flojo andar a lo largo del año, tengan la posibilidad de acceder a una competencia internacional, lo cual no resulta muy justo. Por ejemplo, Racing –que hasta el último encuentro tuvo chances de salir subcampeón- podría quedarse afuera de todas las competencias internacionales, mientras que Colón –que cuando faltaban tres fechas para la finalización del campeonato, tenía riesgo de descenso- podría clasificar a la Copa Sudamericana a través de la Liguilla. Claro, en caso de que esto sucediera, los santafesinos habrán obtenido sendos triunfos a lo largo del mini-torneo clasificatorio, y Racing todo lo contrario. Sin embargo, no termina resultando justo si uno tomara la temporada completa.
LA DISPARIDAD ENTRE LOS ELENCOS Y EL DESCENSO
Si algo tenían de positivo los torneos cortos, era que en cualquier momento, cualquier equipo le podía ganar a otro, siendo local o visitante. El poco riesgo de descenso en la mayoría de los 20 que jugaron el segundo semestre de 2014, les permitió a algunas dirigencias descansar en lo deportivo y apostar por lo económico, como fueron los casos de Vélez, Estudiantes, Newell’s o el mismo Gimnasia de La Plata por citar algunos; cuatro equipos que se habían acostumbrado a ser protagonistas. Si a eso le sumamos la gran cantidad de equipos ascendidos, que lucharían casi de manera exclusiva en un mini-torneo entre ellos para mantener la categoría, se terminó generando una gran disparidad.
La presencia de equipos de mitad de tabla de la B Nacional en 2014, la baja de jerarquía en algunos planteles de Primera, y la gran cantidad de recambio en otros, permitió que determinados equipos de Primera tuvieran una superioridad abismal respecto a sus rivales. Rompiendo así con la paridad que se veía entre la mayoría de los protagonistas de la Primera División argentina algunos torneos atrás.
EL FUTURO
El 2016 muestra en su horizonte la disputa de un campeonato corto en el primer semestre para equiparar el calendario con el fútbol europeo (sí, resulta gracioso: hace un año se hizo un torneo corto de transición para largar el de 30 desde Febrero, ante las advertencias del desfase de calendario). Dos zonas de 15 equipos, 16 fechas teniendo en cuenta los clásicos ida y vuelta, y la clasificación de los líderes de cada zona a una final que decretará al campeón.
Tras Junio, la temporada largará con la misma cantidad de equipos: 30. El proceso contemplará una mayor cantidad de descensos respecto a los ascensos. Serán 4 los equipos que en Junio de 2017 perderán la categoría, y 2 los que ascenderán desde la B Nacional. El fin de dicho acto, será ir disminuyendo la cantidad de equipos participantes hasta llegar a un total de 22, cuando se acerque el año 2020. Lo que resta definir, es el proceso de clasificación a los torneos internacionales, una de las cosas que más dudas despiertan entre los dirigentes en la actualidad.
Revista Con Efecto 